La temporada alta de vacaciones ha vuelto a traer grandes noticias para el turismo tres años después de que la pandemia obligara a funcionar a medio gas al principal motor de la economía española. Concluido el descanso estival, los empresarios —muchos de ellos pequeños negocios para quienes el veraneo es vital— echan cuentas de nuevo y los resultados son buenos. En líneas generales, los turistas que se fueron por la pandemia han vuelto. Las llegadas prácticamente igualaron las registradas en verano de 2019 y el gasto total, catapultado por la inflación, ha sido de récord.
Sin embargo, aunque España ha recuperado el turismo extranjero perdido estos años pandémicos, los que ahora llegan no son los mismos que venían hace cuatro años. La guerra en Ucrania ha borrado del mapa al medio millón de turistas rusos que visitaba España en verano antes de la pandemia. Además, la crisis económica surgida a raíz de la invasión ha vaciado el bolsillo de dos de los principales mercados para España: el británico y el alemán.
La temporada alta de vacaciones ha vuelto a traer grandes noticias para el turismo tres años después de que la pandemia obligara a funcionar a medio gas al principal motor de la economía española. Concluido el descanso estival, los empresarios —muchos de ellos pequeños negocios para quienes el veraneo es vital— echan cuentas de nuevo y los resultados son buenos. En líneas generales, los turistas que se fueron por la pandemia han vuelto. Las llegadas prácticamente igualaron las registradas en verano de 2019 y el gasto total, catapultado por la inflación, ha sido de récord.
Sin embargo, aunque España ha recuperado el turismo extranjero perdido estos años pandémicos, los que ahora llegan no son los mismos que venían hace cuatro años. La guerra en Ucrania ha borrado del mapa al medio millón de turistas rusos que visitaba España en verano antes de la pandemia. Además, la crisis económica surgida a raíz de la invasión ha vaciado el bolsillo de dos de los principales mercados para España: el británico y el alemán.
Las cifras son elocuentes. En junio, julio y agosto de 2019, España recibió 542.000 visitantes rusos. Cuatro años después, no queda ninguno por la restricción de visados para estos ciudadanos tras la invasión a Ucrania. Esto se ha dejado notar especialmente en el litoral mediterráneo, pero sobre todo en Cataluña, donde se alojaron el 60% de los turistas rusos que visitaron el país en el verano de 2019.
Tampoco han comparecido 397.000 británicos que sí lo hicieron en 2019 y 226.000 alemanes. En este caso la culpa la tiene la crisis económica que recorre el Viejo Continente a consecuencia de la guerra. La elevada inflación y el estancamiento económico en el Reino Unido y Alemania han provocado que muchos de estos turistas se queden en casa. Un factor al que hay que añadir también los efectos del brexit en el caso del Reino Unido.
Con todo, el mercado británico y el alemán siguen siendo dos de las principales fuentes de ingresos del sector en temporada alta. Los turistas de estas nacionalidades gastaron 11.631 millones de euros este verano, una cuantía que representa el 31% de todo el desembolso que hicieron los visitantes extranjeros en esos meses.
Más allá de británicos y alemanes, faltan también 250.000 turistas asiáticos (chinos, japoneses y coreanos) y otros 200.000 de los países nórdicos (Suecia, Finlandia, Dinamarca y Noruega). En total, hay casi 1,8 millones de turistas de distintas nacionales que no han comparecido este verano a su cita habitual con España.
Portugal, EE UU o Italia, al rescate
Sin embargo, el sector ha logrado suplir todas esas ausencias con más de 1,5 millones de turistas adicionales de otras nacionalidades. Llama la atención el aumento del turismo portugués, con 189.000 visitantes más que hace cuatro años. En este caso se trata de un visitante de proximidad, que viaja en coche y con cierto poder adquisitivo, señala Deyà.
También destaca el boom de llegadas de estadounidenses, 172.000 más que hace cuatro años. En este caso, el papel que juegan las celebrities o los productos de ficción española que se han popularizado fuera de las fronteras gracias a las plataformas de streaming han contribuido a impulsar el turismo desde este país, reflexiona Deyà.
Pero la cosa no acaba ahí. También han llegado 164.000 turistas italianos más que hace cuatro años e incluso desde destinos más exóticos. La llegada de mexicanos ha aumentado en 121.000 personas, la de israelíes lo ha hecho en 112.000 y la de canadienses ha repuntado en 74.000 personas. Los mercados a los que tiene acceso el turismo español son cada vez más diversos y esto es saludable.
Fuente. 20 minutos (09/10/23)